Muchos de los platos que salen últimamente en el blog los venden en Terracota Mérida. Algunos los hacen ellos y otros son de un artesano portugués. Podéis ver sus trabajos en Facebook. También vende platos, cazuelas y fuentes artesanales de barro, de las que se hacen en Salvatierra de los Barros, de donde es la familia de los Pérez Vinagre. Por ejemplo, de lo que no hacen ellos podéis encontrar cosas tan bonitas como estas:


Todo el mundo se fija en estos platos, porque son los más tradicionales para servir la comida: estos, o los de barro, que también los tengo:

Pero aquí también se puede servir gazpacho:

De hecho, es mejor servir el gazpacho aquí. Esto es cerámica, funciona como los botijos: lo mantiene fresquito todo. Y caliente, si ponemos sopa. Se inspiran en los cuencos romanos que pueden ver en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, que acaba de estrenar nueva directora, Trinidad Nogales. Su campo de investigación ha sido, sobre todo, la historia de las mujeres. Hasta diciembre pueden ver, precisamente, la exposición Mulieres: Mujeres en Augusta Emérita. Es interesantísima: su imagen de portada es Lampas, una prostituta extranjera que tenía 13 años. Ahí os he puesto el enlace de la agenda Sinosecancela. Si no sois de Extremadura y venís de vacaciones, os puede ser muy útil.

Los hermanos Vinagre (porque la empresa la montaron dos hermanos, pero hay más gente trabajando: es una empresa artesanal familiar) usan, entre muchas otras, una técnica romana, la de la terra sigillata, que sella las piezas y las vuelve no porosas. También carbonizan el barro: por eso veis las de color gris: si las rompéis (aunque no sé por qué querríais hacer eso), son grises por todas partes: no están pintadas por fuera, que es lo que yo creía. Claro que yo también creía que en estas piezas no se podía servir comida.
Lo romano está muy presente en Terracota Mérida, por razones obvias. Por ejemplo, tienen una colección de piezas que se llama Apicius y cuyas formas son todas de la época en la que Mérida era Emérita Augusta, hace dos mil años. La forma sí: el fondo es moderno y rompedor.


También trabajan para restaurantes de toda España y se han podido ver sus piezas en programas de televisión como Masterchef.

Pero las vasijas no son su único campo de acción. Decoran espacios. Estas damas aparecieron en un restaurante de Mérida y nos encantaron: son preciosas y son críticas. La serie se llama Ars Fatum y fue finalista el año pasado en los Premios Nacionales de Artesanía.

Han expuesto en Praga, en Florencia… En mi casa tengo un premio que me dio la Asociación de Gestores Culturales de Extremadura hecho por ellos. La tienda es tienda y sala de exposiciones y taller: hace bien poco han estado enseñando a niños cómo hacer móviles colgantes: yo ahí no estuve, pero ellos han puesto fotos:
No venden por internet porque vender por internet implicaría aumentar muchísimo la producción y no quieren hacer cosas en serie. Yo les admiro por eso: es un taller pequeño, del que viven seis familias, sus productos tienen un gran trabajo de diseño detrás (mirad el pie para tartas) y van variando las colecciones. Cuando se acaban, se acabaron: si preguntan mucho por ellas, se pueden volver a hacer.


También hacen collares, lámparas, figuras para que os las llevéis de recuerdo (pero no made in China) y un sinfín de cosas más, hasta unos altavoces para los móviles. Si queréis ver más fotos, están en mi Flickr.

Y, si venís a Mérida, id al Museo y bajad por la calle peatonal donde están todos los restaurantes y allí encontraréis Terracota Mérida. Por cierto, en esa misma calle está el Fusiona Gastrobar, que es el único con opciones veganas curradas de la ciudad. Tengo que ir a hacer fotos y reseña próximamente. Porque los adoro, como a los Pérez Vinagre.
Apoyad a los artesanos de vuestra tierra.